Hace un par de años, en 2016, más de 58 millones de coches híbridos circulaban por las carreteras del planeta. Desde hace tiempo son una realidad a la hora de comprar un coche y han ido ganando popularidad con el paso del tiempo ayudados, claro está, por los precios del combustible, el abaratamiento de la tecnología y la concienciación ambiental. Bien es cierto que no son la solución definitiva al problema de las emisiones y el consumo de combustibles fósiles, pero sí se antoja como una opción que conviene tener muy en cuenta tanto en el presente como en el futuro inmediato.
No en vano, son muchos los conductores que, impulsados por la fiabilidad y los precios asequibles, apuestan por este tipo de mecánicas antes de dar el salto a la movilidad totalmente eléctrica. Son una de las alternativas que el sector de la automoción ha puesto sobre la mesa en el proceso de transición al futuro del mundo del automóvil. Los coches híbridos ya son una realidad, pero ¿qué se esconde detrás de esos vehículos que se han colado en el escenario actual?
¿Qué es un coche híbrido?
Un coche híbrido combina un motor de combustión interna (normalmente de gasolina) y uno o varios propulsores eléctricos que le complementan y que están alimentados por baterías adicionales a la principal.
Los coches híbridos se comercializan desde 1997 aunque para muchos se trate de un producto relativamente nuevo. Echando la vista atrás, desde finales de los 90, han ido ganando popularidad como alternativa a los vehículos con motores de combustión, ya que ofrecen una potencia adecuada con la ventaja de un menor consumo de carburante, un gasto más bajo y una menor emisión de gases contaminantes.
Y es que, desde siempre, los coches han empelado distintas fuentes de energía. La inmensa mayoría de ellos incorporan una batería para arrancar el motor suministrar electricidad a diferente componentes del vehículo como, por ejemplo, la iluminación o el sistema de sonido. La diferencia reside en que esa energía eléctrica no se empleaba para mover el coche como hacen los híbridos o los eléctricos actuales.
Tipos de coches híbridos
Dentro de los coches híbridos encontramos diferentes tipos. En función de en qué se base la clasificación, hay dos divisiones. La primera de ella atiende al principio de funcionamiento del motor térmico y la segunda al del eléctrico.
Motor térmico
- Híbrido en serie: el motor térmico no tiene conexión mecánica con las ruedas. Su única misión es la de generar electricidad y para ello funciona a un régimen óptimo, recarga la batería y una vez logrado este objetivo, se desconecta temporalmente. La tracción es eléctrica.
- Híbrido en paralelo: el motor térmico y el eléctrico dan fuerza a la transmisión al mismo tiempo. Es una solución sencilla, pero no la más eficiente.
- Híbrido combinado: es igual que un híbrido en serie, pero con conexión mecánica a las ruedas. Cualquier combinación de los dos motores impulsa al coche. Al contrario que en el caso anterior, es una solución complicada a nivel mecánico y electrónico, pero eficiente.
Motor eléctrico
- Microhíbrido: Son coches en los que no existe un motor eléctrico que los impulse. Cuando el vehículo se detiene, el motor térmico se apaga y en el momento de ponerse en marcha de nuevo, un alternador reversible arranca el motor utilizando energía recuperada antes de pararse. El inconveniente es que sólo ahorra en ciclo urbano.
- Semihíbrido (mild-hybrid): El motor eléctrico asiste al térmico, pero también genera energía en las frenadas y en las retenciones. Aunque el coche no puede impulsarse de forma completamente eléctrica, sí puede hacerlo con el motor de combustión sin consumir pero moviendo sus piezas mecánicas.
- Híbrido puro (full-hybrid): El vehículo puede circular en modo eléctrico sólo en determinadas condiciones en las que el motor térmico estará apagado y no moverá sus piezas. La activación de este modo puede ser manual o automática.
- Híbrido enchufable (PHEV): Son coches que pueden recargar sus baterías mediante electricidad y son capaces de recorrer, como mínimo, 32 kilómetros sin necesidad de otro sistema de propulsión.
- Coche eléctrico de rango extendido (EREV): Son híbridos enchufables en serie, es decir, el motor térmico no tiene conexión mecánica con las ruedas. Por ello, en la práctica, son considerados coches eléctricos.
El funcionamiento de un coche híbrido
Los coches híbridos combinan, como mínimo, dos motores que se alimentan con diferente energía. El eléctrico complementa al térmico y hace sumando su propia potencia o aprovechando la energía cinética que se desperdicia conduciendo. Aunque llevan baterías, no será necesario conectarlos a la red eléctrica para recargarlas (a no ser que sean híbridos enchufables) porque este proceso tiene lugar en dos momentos:
- Circulación a velocidad de crucero: para cargarlas emplea la potencia que el motor térmico no está usando para mover el coche.
- Deceleración: reteniendo el motor o aprovechando la energía de recarga de frenado. La parte que normalmente se desvanece en forma de calor a través de los frenos o que no puede usarse va directa al motor eléctrico, que actúa como un generador de corriente y recarga la batería.
La frenada regenerativa
El dispositivo que reduce la velocidad del coche es un generador, es decir, un motor eléctrico que funciona en sentido inverso. Éste va unido a una transmisión que, en la mayoría de los casos, es la del vehículo y dosifica la cantidad de frenada que se aplica en cada maniobra. La particularidad de la regenerativa es que genera electricidad y se emplea para recargar las baterías y aumentar la autonomía del coche, algo que sucede tanto en los híbridos y como en los eléctricos.
En el caso de los primeros es un sistema muy útil y eficaz porque ayuda a reanudar la marcha con una energía generada gratuitamente. Así es como se consigue que el coche híbrido haga menos esfuerzo que uno convencional y, obviamente, consuma menos (entre un 30 y un 35%) respetando más el medio ambiente. Esto no quita que los eléctricos también tengan un sistema tradicional de freno hidráulico que se encarga de detener el coche cuando se pisa fuerte el pedal.
La pregunta lógica que surge trata sobre la gestión de ambos motores: ¿cuándo funcionan los dos, uno u otro? Es un sistema electrónico y automático el que se encarga de esta operación para liberar al conductor. Eso sí, existen más detalles que dan forma a este funcionamiento ligero y sin apenas ruido: la transmisión automática y el sistema start-stop. Éste no sólo para y arranca el coche en los semáforos, también activa el motor eléctrico en plena conducción cuando entiende que se basta por sí solo. El ahorro de combustible con este sistema es importante, especialmente cuando los coches de este tipo circulan a baja velocidad como, por ejemplo, en la ciudad.
Las baterías
Se trata de un elemento que merece una mención aparte porque es una de las partes más importantes. Las baterías de un híbrido marcan la eficiencia de este y suponen, además, el gran reto de futuro en este tipo de vehículos. Existen de plomo-ácido, níquel-metal hidruro o níquel-cadmio, pero las más eficientes son las de litio. A la espera de lo que depare el futuro, son las que usan los fabricantes de coches híbridos y también de los eléctricos.
En su momento, marcaron la diferencia porque no generan tantos problemas como las de níquel-metal hidruro cuando son recargadas parcialmente. Eso sí, sufren igual con las sobrecargas y, además, tienen defectos de carga y pérdidas de voltaje. Con el objetivo de que la batería aguante correctamente durante todo su ciclo de vida, lo más adecuado es mantenerla entre unos márgenes concretos. Marcas y fabricantes recomiendan dos tramos: el primero de ellos oscila entre el 20 y el 80% con un uso del 60% y el segundo está entre el 15 y el 95% con un margen del 80%.
Las aproximaciones al límite de la descarga son mayores que en el caso de la carga total porque las células de las baterías de litio toleran peor un defecto de voltaje que un exceso. Es decir, si la batería se queda sin carga durante un tiempo prolongado, la pérdida de capacidad es mucho mayor que si se deja completamente cargada. Eso sí, se debe evitar ambas situaciones porque son perjudiciales para la vida de la batería.
El mantenimiento de un híbrido
Una de las ventajas con las que cuentan los coches híbridos es el coste económico de su mantenimiento, que es inferior al de un coche con motor térmico. Este ahorro se explica con la menor existencia de elementos mecánicos. En el caso de los vehículos que combinan un motor de combustión y uno eléctrico, el embrague, el alternador, el motor de arranque o la correa de distribución no existen.
Por otro lado, el sistema de frenos sufre un desgaste menor debido a la recuperación de la energía que realiza el coche. Además, tienen una fiabilidad muy alta y puede llegar a durar hasta unos 500.000 kilómetros porque el motor térmico del híbrido está parado entre el 35 y el 60% del tiempo. La batería, por su parte, tiene una vida útil que oscila entre los ocho y los diez años, una cifra que puede aumentar en climas cálidos, y cambiarla cuesta, actualmente, unos 3.000 euros.
Si se busca sostener estos datos, se puede tomar como ejemplo el Toyota Auris, el modelo más vendido del segmento en España, que cuenta con tres versiones: gasolina, diésel e híbrido. Según la propia marca, a lo largo de los primeros 120.000 kilómetros, el mantenimiento (incluyendo neumáticos) de la primera costó 3.982 euros, el de la segunda se fue a los 5.420 y el de la tercera supuso 2.587. Se puede apreciar que la diferencia del mantenimiento entre el híbrido y diésel es de más del 50%.
Eso sí, la cosa cambia cuando se compara con coches cuya gama es superior como es el caso de Lexus. La diferencia del gasto medio entre un modelo con un motor térmico como, por ejemplo, el IS 300h, y el Auris Híbrido no es tan desorbitada: 874 euros frene a 619,8.
Ventajas de un coche híbrido
- Contaminación: los coches híbridos tienen unas reducidas emisiones de gases contaminantes y una mejor eficacia en el consumo de combustible fósil. La media en España es de 148 gramos de CO2 por kilómetro recorrido y el mejor híbrido difícilmente llegará a 70. A esto hay que añadir la menor contaminación acústica ya que el motor es mucho más silencioso que el convencional.
- Bajo consumo: se calcula que un coche híbrido consume un 30% menos que un coche convencional con las mismas prestaciones. Algo que se debe a tres razones:
- El coche acude a su reserva de energía eléctrica en trayectos de velocidades bajas, donde son frecuentes las frenadas y los arranques.
- El motor térmico apoya la propulsión del vehículo en ascensos o trayectos en carretera cuando falta potencia.
- Las baterías eléctricas se recargan con la energía del frenado.
- Autonomía: los híbridos tienen una autonomía mayor que la de los coches eléctricos y no dependen de la red de recarga. A esto hay que añadir que son capaces de realizar recorridos cortos en modo eléctrico como, por ejemplo, en los entornos urbanos donde se produce el mayor gasto de combustible.
- Bajos costes de mantenimiento: los coches híbridos tienen un coste de mantenimiento y reparación mucho más bajo que el de los convencionales porque tienen menos elementos mecánicos y, además, usan menos el motor de combustión. Se estima que, durante el primer año de funcionamiento, este coste es un 45% inferior al de un vehículo tradicional. Un porcentaje que aumenta de forma progresiva hasta el 50% con el paso del tiempo.
- Economía: a nivel económico, existen varias ventajas además del ahorro en combustible o en mantenimiento:
- En algunos planes gubernamentales existen ayudas para la compra de híbridos.
- Tienen beneficios fiscales: están exentos de pagar el impuesto de matriculación y gozan de descuentos en el de circulación.
- No les afectan las medidas de los protocolos anticontaminación porque están catalogados por la Dirección General de Tráfico (DGT) como vehículos eco.
- Gracias a esta etiqueta, disfrutan de descuentos en las zonas donde el aparcamiento está regulado.
- En el caso de Madrid, pueden circular por el carril Bus-VAO independientemente del número de ocupantes que viajen dentro del coche.
- En cuanto al seguro de Coche, no cuesta más que el de un convencional. Es más, existen algunas pólizas especiales para este tipo de vehículos con descuentos con los que, según datos de MAPFRE, el conductor puede ahorrar hasta un 42% en la renovación del seguro.
Desventajas de un coche híbrido
- El precio: su diseño y construcción implica altos costes. Teniendo en cuenta que sus ventas están todavía lejos de las de los coches convencionales, esta diferencia tiene que ser absorbida por los usuarios finales. Por ello, el precio de venta es, de momento, más alto aunque con el tiempo se acabe amortizando.
- La autonomía: su autonomía exclusivamente híbrida es un inconveniente para los usuarios de estos coches, sobre todo en carretera.
- Las baterías: cuando acaba su vida útil, se convierten en un problema porque son tóxicas. Por ahora no son reutilizables y por ello están trabajando en el desarrollo de baterías que duran más, tengan una vida útil más extensa y sean desechables.
- Reparaciones y revisiones: hay una mayor dificultad a la hora de reparar alguna avería o hacer una revisión porque hay algunos elementos que están compuestos de minerales escasos (como el neodimio y el lantano) o que sólo se pueden obtener con procesos químicos.
- Características del coche: estos vehículos pesan más que los convencionales porque, como mínimo, llevan dos motores más las baterías. Algo que influye en el consumo del coche. A esto hay que añadir que el rendimiento, la velocidad y la potencia están aún un poco lejos de algunos vehículos convencionales.
¿Merece la pena comprar un híbrido?
Son muchos los conductores que se preguntan hasta qué punto merece la pena adquirir este tipo de vehículos. Siempre dependerá de las necesidades y de los gustos de cada uno, pero la oferta de híbridos ha crecido de un tiempo a esta parte y si la prioridad del usuario es la parte económica, merecen la pena.
Bien es cierto que el precio de compra es superior al que tienen los coches de gasolina y diésel, pero, a la larga, el ahorro en combustible y en mantenimiento compensa este desembolso inicial. Tener a punto un híbrido siempre va a costar menos, pero hay que tener en cuenta que los modelos de gama media son los más rentables. En la parte de los impuestos, la balanza también se inclina a su favor ya que están exentos de pagar el de matriculación y disfrutan de rebajas en el de circulación. Tampoco conviene perder de vista la autonomía: es más alta que la de un coche eléctrico y no depende de una red de recarga que en España, de momento, no es muy amplia.
Eso sí, el conductor debe tener presente que si sufre una avería o necesita hacer una revisión a su coche híbrido, tendría que llevar el vehículo a un servicio oficial para que las reparaciones sean las adecuadas… con el coste extra que ello supone.
¿Es rentable?
A la hora de hacer el desembolso que supone la compra de un coche híbrido, es lógico que el conductor busque que el vehículo, además, responda a sus necesidades de seguridad, tamaño o confort. Y no sólo eso. El usuario espera, al mismo tiempo, poder amortizar el precio de venta a lo largo de la vida útil del coche. Más aún cuando se trata de un híbrido ya que son vehículos que se mueven en cifras algo superiores a las de los coches convencionales.
Teniendo en cuenta esto, que el mantenimiento puede ser hasta un 50% por ciento inferior al de un gasolina y diesel según el informe ‘Vehículo y ahorro según motorización’ de la consultora Audatex y los beneficios económicos con los que cuentan los híbridos, éstos suelen ser rentables a partir de los 10 años haciendo una media de 15.000 kilómetros anuales. Están a medio camino entre los convencionales y los eléctricos.
Los coches híbridos en números
Globalmente, los coches híbridos fabricados por Toyota batieron un récord en 2016 ya que, en abril de ese año, superaron los 9 millones de vehículos vendidos. Por detrás aparecen marcas como Honda, Ford y el Grupo Hyundai. La primera de ellas superó los 1,35 millones de híbridos vendidos en junio de 2014 mientras que la marca americana había vendido en junio de 2015 un total de 424.000 coches. Eso sí, se trata de una cifra que sólo engloba el mercado de Estados Unidos. Finalmente, Hyundai y Kia, acumularon unas ventas de 200.000 unidades hasta marzo de 2014.
Este es el esbozo general del panorama mundial. Centrando el foco en España, los híbridos convencionales (HEV) son los que concentran la mayor parte de las ventas de este tipo de vehículos. Con una cuota de mercado superior a los híbridos enchufables y a los que son completamente eléctricos, los coches híbridos cerraron 2017 con un total de 54.960 matriculaciones. En ellas mandan Toyota y Lexus y destaca un nombre propio: Auris.
Dos nombres propios: Toyota y Lexus
La oferta de coches híbridos no para de crecer y los modelos más vendidos han sido sometidos a profundos lavados de cara para renovarse y no morir. Aún así hay dos marcas que son las que llevan la voz cantante en lo que a ventas de este segmento se refiere: Toyota y Lexus. Los números no engañan: de los diez híbridos más vendidos en 2017, ocho llevan el sello del grupo japonés propietario de ambas marcas.
Centrando el foco en el podio, Toyota es la clara ganadora. El cajón más bajo es para el nuevo Yaris Hybrid y, justo por encima, se encuentra el Toyota C-HR. Por delante se alza, imbatible, el coche híbrido más vendido en España durante el año pasado: el Auris Hybrid. Y es que aunque la nueva generación ya estaba en desarrollo, no ha tenido ningún efecto sobre las ventas.
El primer modelo que no es de Toyota o Lexus aparece en el quinto puesto, el Kia Niro Hybrid. No está solo. En este ranking le acompaña otra marca coreana: Hyundai con el Ioniq Hybrid. La entrada en escena de ambas tiene un especial significado ya que además de estar llamadas a lidiar con las marcas niponas, deja patente que hay vida más allá de Toyota y Lexus y, por lo tanto, no pueden confiarse ni dormirse en los laureles. De hecho, Hyundai ha hecho una fuerte apuesta por el Ioniq y sus tres configuraciones mecánicas. Mientras que Kia, por su parte, ha sabido cómo hacer los deberes con el Niro.
Comparar coches híbridos
Elegir el coche híbrido perfecto para cada conductor es un proceso algo complicado y largo. Por ello, contar con una herramienta que agilice el proceso es una ayuda muy útil. El comparador de coches nuevos de Rastreator.com no sólo convierte la búsqueda de un nuevo vehículo en algo sencillo, rápido y entretenido, también ayuda a cada conductor a elegir el coche perfecto en función de sus gustos y, sobre todo, de sus necesidades.