BMW es sinónimo de deportividad y estilo premium, pero también se caracteriza por la búsqueda de lo diferente. El segmento de los compactos es uno de los más reñidos y la marca bávara no podía no tener un representante. Por ello, en 2004 llegó el BMW Serie 1, el modelo de acceso. Es quizá el modelo más austero de la firma, pero aún así destaca por varias características. La más destacable es sin duda su sistema de propulsión trasera, un detalle que lo distingue de toda su competencia.